Rara vez nos detenemos a observar los detalles de lo que nos rodea, vemos, pero no observamos con detenimiento las cosas, estas pasan a nuestro lado sin que las apreciemos.
Generalmente vemos de forma parcial, perdemos la perspectiva y parte de los componentes, porque la mente esta dispersa en muchas cosas, cuando un pensamiento llega, otro surge inmediatamente, y a través de la ilusión, de la falsa visión que nosotros creamos formamos una realidad parcial, esta ilusión se deriva de la objetividad, sin tomar en cuenta la subjetividad.
Cuando escuchamos nuestra voz interior, podemos percibir nuestra esencia, aquí es donde nuestros entidos internos se fusionan y podemos llegar a la verdadera observación, para darnos cuenta de lo que no percibíamos antes, y que sin embargo siempre ha estado delante nuestro.