Los insectos plaga y las enfermedades afectan rutinariamente la salud de los árboles y desempeñan un papel importante en la dinámica de los bosques. Ocasionalmente, poblaciones de insectos crecen rápidamente hasta alcanzar proporciones dañinas y ocurren grandes brotes de enfermedades. Estos eventos pueden tener impactos catastróficos que conducen a la destrucción total de grandes áreas de bosques naturales y/o forestales plantados, a la pérdida o reducción de funciones vitales del ecosistema arbóreo y a pérdidas económicas considerables. En los países en vías de desarrollo y en los países en transición, los brotes severos de plagas pueden comprometer las economías nacionales, socavar los medios de subsistencia locales y amenazar la seguridad alimentaria.
A pesar de los impactos adversos significativos y los indicios de que los brotes de insectos plaga y enfermedades forestales están incrementándose, algunos países no cuentan con el personal ni la infraestructura para identificar y ejecutar medidas de protección de los bosques. Al mismo tiempo hay un incremento en la conciencia acerca de los problemas de salud de los árboles vinculados con influencias no vivientes o abióticas, especialmente los efectos observados de la contaminación atmosférica.